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La Dra. Gisela von Wobeser publicó en México el año 2016 un texto fundamental para los estudios en torno al período virreinal mexicano, específicamente sobre la dimensión religiosa y sus correlaciones internas con la sociedad, la política y la economía del virreinato de la Nueva España.  El libro titulado Apariciones de seres celestiales y demoniacos en la Nueva España contiene una excelente presentación y un detallado análisis del fenómeno religioso de las apariciones.

El esquema del texto obedece a un interesante ordenamiento que propone la autora a lo largo de cinco capítulos ordenados temáticamente con el objetivo de “entender el papel que representaron estos fenómenos religiosos en el imaginario virreinal y analizar sus implicaciones sociales y económicas” (p. 13). El primero explica el contexto histórico, literario y doctrinal de las apariciones cuyos principales elementos provienen de la herencia de la religiosidad medieval. Identifica a los personajes involucrados y los espacios donde se desarrollaron dichas experiencias. Asimismo, analiza las fuentes testimoniales que detallan las visiones y detalla el proceso por el cual se confirmaba o negaba la veracidad de las apariciones.

Los capítulos segundo, tercero y cuarto examinan las apariciones celestiales, demoníacas y de las almas del purgatorio respectivamente. Es importante anotar que podemos vincular estos apartados con tres aspectos fundamentales  que subyacen en el libro. En primer lugar, se encuentra el aspecto psicológico de quienes imitaban la vida de santos de modo que “las historias de apariciones reflejan el mundo interior de los visionarios y manifiestan sus emociones: amor, temor, odio, esperanza, miedo, ternura, piedad y compasión, entre otras” (p. 35). En segundo lugar, se encuentra el aspecto intencional de las apariciones. Los seres celestiales exhortaban y bendecían, los demonios tentaban y atormentaban y las almas del purgatorio rogaban indulgencias. En tercer lugar, se resalta el aspecto teopolítico, pues “este tipo de apariciones fue muy importante para la espiritualidad de la época, ya que la presencia de seres celestiales en la tierra se consideraba un favor especial que Dios hacía a sus elegidos” (p. 12). En este sentido, la gracia divina y el poder político emanado de Dios era favorable a sus nuevos hijos, aquellos habitantes de tierras externas a la península ibérica.

En el último capítulo, la Dra. Gisela von Wobeser presenta y analiza el caso de la visionaria de origen filipino llevada a México: Catarina de San Juan. El testimonio de los jesuitas confirman la autenticidad de las experiencias de esta mujer, de modo que “a su muerte, Catarina fue objeto de unas exequias dignas de una persona de la más alta jerarquía social, organizadas por los jesuitas con el apoyo del cabildo catedralicio, de su benefactor Hipólito del Castillo y Altra y de diversos sectores de la sociedad poblana” (p. 94). En suma, tanto el lector como el investigador tienen a su disposición este maravilloso material con las fuentes primarias ordenadas rigurosamente y con abundante referencias bibliográficas especializadas.

J. Christian Egoavil