La historia de América ha estado íntimamente relacionada con la de su minería desde la llegada de los españoles. Los conquistadores llegaron a territorio americano guiados por noticias, algo exageradas, de grandes cantidades de metales preciosos en manos de los indígenas y por historias sobre míticas ciudades edificadas en oro.

Antecedentes del Virreinato del Perú

La explotación organizada de minerales empezó en la década de 1540. El yacimiento de plata de Potosí (1545) en el Virreinato del Perú, en el actual territorio de Bolivia, fue uno de los más importantes. Se calcula que de este lugar salieron las dos terceras partes de la plata peruana que se produjo hasta 1776, año en que la mina pasó a pertenecer al Virreinato del Río de la Plata.

Otros yacimientos importantes de plata, en el virreinato peruano, fueron las minas de Castrovirreyna (1590) en Huancavelica; Oruro (1608), actual territorio boliviano; Caylloma (1608) en Arequipa; Laicacota (1619) en Puno, Lucanas y Parinacochas en Ayacucho y Canta en Lima, las tres últimas descubiertas hacia 1630. Si bien las minas de Pasco empezaron a ser trabajadas desde 1567, su producción cobró importancia recién en el siglo XVIII.

La minería en el Virreinato de la Nueva España: Guanajuato

Para el caso novohispano, Guanajuato fue el centro industrial con más alta producción de metales y con minas que concentraron el mayor número de trabajadores durante la segunda mitad del siglo XVIII. Tal fue el caso de la mina Valenciana, cuya estructura y jerarquía laboral muestra el gran nivel de desarrollo que alcanzó el trabajo minero durante dicha época en el Virreinato de la Nueva España.

Las cuadrillas

En las minas de Guanajuato, la cuadrilla de mineros se conformaba por un barretero, un barrenador, un piqueador y tres o más tenateros, supervisados los tres primeros por un capataz o mandón y los últimos por un colero. La cantidad de mineros y de cuadrillas dependía de la capacidad económica de los dueños para explotar los yacimientos.

Organización

La estructura en la organización del trabajo minero la encabezaban los administradores. Estos actuaban como apoderados legales de los dueños de minas, lo cual les dio acceso a la propiedad minera por medio de la compraventa o donación de minas y haciendas de beneficio. Una vez convertidos en empresarios ocuparon cargos públicos en instituciones políticas y administrativas locales. Los administradores tuvieron entre sus más cercanos colaboradores a los administradores de tiro, el minero mayor, los mineros, los mandones y los rayadores. Las siguientes posiciones dentro de la jerarquización del trabajo minero la ocupaban el minero y el colero, quienes dirigían y supervisaban el trabajo de las cuadrillas de trabajadores.

Trabajo y oficios especializados en la mina

El trabajo en la mina se dividía entre el interior y el exterior del yacimiento. Los barrenadores se dedicaban a tumbar el mineral con ayuda de dos o más barreteros: se trataba de trabajadores calificados que lograban cierta especialización mediante el ejercicio sistemático de su oficio por períodos prolongados. Los piqueadores trabajaban con los barrenadores perforando los peñascos para el tumbe[1] de mineral. Una vez realizado este último los tenateros lo acarreaban en sacos hacia el exterior.

Los despachadores llenaban las botas de agua acumulada en los socavones de la mina, así como las mantas –o cueros de buey abiertos– del mineral o tepetate, que se colocaban en el malacate. Este era jalado por las mulas que los arreadores hacían dar vueltas hasta que llegara al exterior. Ahí eran recibidas por los cajoneros. Los herreros tenían a su cargo elaborar y reparar las herramientas, mientras que los carpinteros fabricaban los malacates, las norias y las cigüeñas. Ambos laboraban casi siempre en el interior de las minas. Los ademadores reforzaban con madera las partes blandas de la veta con el fin de evitar derrumbes.

Los cajoneros, arreadores, quebradores, pepenadores, rayadores y partidores laboraban en el exterior. Los quebradores rompían la piedra para que mujeres y hombres llamados pepenadores separaran la plata del mineral inservible. Los rayadores llevaban cuenta del trabajo de cada trabajador y pagaban los salarios semanalmente. Por su parte, los romaneros eran quienes pesaban el mineral extraído por los tenateros, así como el seleccionado por los pepenadores.

Mina de la Valenciana

Los cargos de rayador general, agrimensor, minero mayor, maestro mayor de carpintería y los maestros mayores de herrería se encontraban entre los mandos medios. Los dos últimos dirigían a carpinteros y herreros cuyo trabajo era especializado. Algunos de ellos laboraban en el interior de la mina para actuar con la rapidez y eficacia que se requería, de ahí que en las pequeñas o medianas minas se instalaron uno o dos talleres de herrería y en las grandes más de quince como en el caso de la Valenciana.

Muchos de los cargos y trabajos en las minas requerían de habilidades y preparación evaluados por inspectores de la Diputación de Minería de Guanajuato. En lo que concierne al empleo de perito minero o de agrimensor, los dueños de la mayoría de las pequeñas y medianas empresas no contrataban sus servicios por carecer de capital suficiente para invertir en mano de obra, pero para minas como la Valenciana era fundamental contar con ellos. Su rol fue decisivo tanto en la construcción y explotación de las minas como en las innovaciones técnicas de la época.

Vista actual de malacates de sangre y horca. Tiro general de la mina de la Valenciana, considerado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Museo de sitio Mina Valenciana.

 

Así, la Diputación de Minería de Guanajuato designaba peritos para realizar supervisiones y mediciones cuando se denunciaba una mina o cuando dos o más estaban en litigio y su resolución dependía en parte de los dictámenes periciales, lo que contribuyó a su prestigio. Para dicho puesto, los aspirantes debían aprobar el examen respectivo: inspección de los instrumentos que utilizaban en las mediciones y conocimientos matemáticos como trigonometría.

Además, los aspirantes a otros cargos como los mandones, coleros, ademadores, albañiles de minas, carpinteros y herreros de máquinas debían ser examinados por un perito facultativo de minas antes de ser contratados, conforme al artículo 4° del título 17 de las Ordenanzas de Minería[2]. Sin la certificación de aprobado no podían ejercer su oficio so pena de tres meses de cárcel y de destierro del lugar en la primera y segunda contravención, respectivamente.

En las grandes empresas mineras como la Valenciana, el trabajo estuvo íntimamente ligado al trabajo metalúrgico de las haciendas de beneficio. La expansión de ambas empresas se traducía en el incremento de la mano de obra, la creciente complejidad de la división y la organización del trabajo, y la mayor especialización de los trabajadores. Con lo cual, a los trabajadores antes mencionados se deben sumar los cientos de trabajadores que refinaban metales en las haciendas de beneficios: el azoguero, el ensayador, los repasadores y los “sirvientes plebeyos” encargados de cuidar los animales.

Dimensión social de la minería

Otros aspectos ligados al trabajo minero son el flujo de trabajadores del campo hacia las minas y viceversa, y la composición étnica. Lo primero, incidió en la dificultad de las autoridades locales para precisar el oficio de los trabajadores y lo segundo, se evidenció en la fuerte concentración de trabajadores en una sola empresa y la progresiva inserción de españoles. Así, los indios representaron el 42 %, los mulatos libres el 22 %, los mulatos esclavos el 1.4 %, los mestizos el 19 %, los españoles el 11 % y otros el 3 %.

Son numerosos los estudios enfocados en la minería americana durante la época de los virreinatos. Los temas más tratados son el comercio de los metales preciosos y el impacto de la explotación de los yacimientos en la economía colonial. Sin embargo, la organización y jerarquización del trabajo minero es un aspecto por considerar en profundidad. Así, las minas de Guanajuato muestran la diversidad de oficios de los trabajadores mineros novohispanos durante la segunda mitad del siglo XVIII.

Adaptado de Margarita Villalba, “El trabajo en las minas de Guanajuato durante la segunda mitad del siglo XVIII”, Estudios de Historia Novohispana, 48, 2013, pp. 35-83.


Bibliografía recomendada

Brígida von Mentz, “Coyuntura minera y protesta campesina en el centro de la Nueva España, siglo XVIII”, en La minería mexicana. De la colonia al siglo XX, México, ed. Inés Herrera Canales, Instituto Mora, 1998, pp. 23-45.

Carmen Salazar-Soler e Inés Herrera Canales, «Bibliografia minera colonial Hispanoamericana (siglos XV-XIX)», Nuevo Mundo Mundos Nuevos. http://journals.openedition.org/nuevomundo/59200

Catarino Sandoval Uvalle, “Trabajadores de la mina La Valenciana, 1836-1848”, México, UAM-Iztapalapa, 2000 [tesis licenciatura].

Cuauhtémoc Velasco Ávila, “Los trabajadores mineros en la Nueva España, 1750-1810”, en La clase obrera trabajadora en la historia de México. De la colonia al imperio, Enrique Florescano y otros, Editorial Siglo XXI, 1996, pp.239-301.

David Brading, Mineros y comerciantes en el México borbónico (1763-1810), México, FCE, 1995.

David Navarrete, Propietarios y trabajadores en el distrito minero de Pachuca, 1750-1810, México, Servicio Geológico Mexicano, 2007.

Eduardo Flores Clair, “Las minas y mineros: pago en especie y conflictos, 1790-1880”, Historias, 13, INAH, 1992, pp. 51-67.

Frédérique Langue et Carmen Salazar-Soler, «Bibliografia minera hispanoamericana Siglos XVI-XIX», Nuevo Mundo Mundos Nuevos. http://journals.openedition.org/nuevomundo/566

Jaime Lacueva Muñoz, La plata del Rey y sus vasallos. Minería y metalurgia en México (siglos xvi y xvii), Sevilla, Consejo Superior de Investigaciones Científicas/Escuela de Estudios Hispanoamericanos, Universidad de Sevilla/Diputación de Sevilla, 2010.

María del Refugio González, Las Ordenanzas de Minería de la Nueva España, formadas y propuestas por su Real Tribunal de Minería, México, UNAM, 1996.

Minería iberoamericana: repertorio bibliográfico y biográfico. Bibliografía minera iberoamaricana 1893-1992, ed. Ignacio González Casasnovas, Juan Manuel López de Azcona y Esther Ruiz de Castañeda, IGME, 1992.

Silvana Elisa Cruz Domínguez, “Sistemas de trabajo en las minas de Pachuca, siglos XVI-XVIII”, Contribuciones desde Coatepec, núm. 9, 2005, pp. 33-67.

[1] Tumbe: Nombre dado al conjunto de labores necesarias para la extracción de minerales. En el caso de tratarse de rocas duras consiste en: trazar el barreno, pintarlo, abrirlo, cargarlo y prenderle fuego. Alonso, R., Diccionario minero: glosario de voces utilizadas por los mineros de Iberoamérica, Madrid, Museo Nacional de Ciencias Naturales/C.S.I.C., 1995, p. 226.

[2] Reales Ordenanzas para dirección, régimen y gobierno del importante cuerpo de la minería de Nueva España y de su Real Tribunal General, 1783.