Descendimiento de la cruz (1598), Catedral de Tunja

Angelino Medoro (1567-1631) fue un pintor italiano originario de la región Lazio[1]. Es el componente más joven de una triada de pintores italianos, completada por Bernardo Bitti (1548-1610) y Mateo Pérez de Alesio (1547-1616), cuya actividad en el Virreinato del Perú tuvo una gran influencia en el arte de este territorio y, en particular, en la escuela cuzqueña[2].

Después de una formación probablemente romana, emigra muy joven a Sevilla en 1587. Esta decisión se debería a su intención de embarcarse para América o a la atracción ejercida por la ciudad española, en ese entonces entre las más ricas y artísticamente activas de Europa. De tal manera Medoro seguía la tendencia migratoria de numerosos pintores italianos que en la segunda mitad del siglo viajaban a España, iniciada por la aventura renacentista de los Zuccari en el Escorial.

La primera hipótesis parece ser la más probable, pues en el mismo año el pintor es documentado en Tunja, en el reino de Nueva Granada. La estancia del pintor en Colombia se reparte entre los principales centros de la región: Tunja y Santa Fe de Bogotá. La primera obra americana fechada es la Virgen de la Antigua (1587-88) en la capilla Hernández de Roa de la iglesia de Santo Domingo de Bogotá[3].

Esta primera obra refleja un manierismo esquemático, estático y de un dramatismo moderado. La claridad del estilo revela una voluntad didáctica claramente vinculada al Concilio de Trento.

Las obras de Medoro, en su mayoría de sujeto religioso, alternan un antimanierismo postridentino con una maniera de inspiración florentina, evidente, por ejemplo, en la Virgen con el Niño del Museo de Arte Colonial de Bogotá. El pincel de Medoro produce figuras típicamente manieristas: esbeltas, levemente torcidas y caracterizadas por evidentes desproporciones, sobretodo en el cuello y los brazos. Los rostros también resultan peculiares, escavados y sutiles, cuyos ojos pequeños y de moderada expresividad resultan opuestos al estilo de Bitti.

Virgen de los ángeles (1601), Convento de los Descalzos del Rímac, Lima

El estilo de Medoro refleja también una fuerte influencia flamenca, derivada del estudio de grabados que no hacían falta tanto en España como en América, influencia que parece evidente tanto en la composición como en la descripción de las figuras.

Al artista se atribuyen también dos obras conservadas en la iglesia de San Francisco, en Tunja: un Cristo atado a la columna y un Calvario. Sin embargo las obras colombianas más conocidas de Angelino se hallan en la catedral de Tunja, entre las cuales destaca un Descendimiento de la cruz (1598) evidentemente basado en un modelo de origen flamenco[4].

Lienzos de Medoro se conservan además en Quito. Una posible estadía del artista en la capital ecuatoriana sigue siendo argumento de debate, aunque parezca más probable que las obras presentes en la ciudad hayan sido comisiones enviadas por el mismo artista desde Colombia. La relación del artista con la orden dominica parece haber sido relevante para la carrera del pintor, dada la abundancia de obras firmadas o atribuidas a Medoro en los templos dominicos de Tunja, Bogotá y Lima.

Otros lienzos del artista se hallan en Cali, Sucre, Potosí, Chuquisaca y Santiago de Chile, siguiendo un itinerario parecido a aquello de algunas obras de Bitti y Pérez de Alesio[5].

Virgen con el Niño (1590), Museo de Arte Colonial, Bogotá

Entre 1599 y 1624 Medoro es documentado en la Ciudad de los Reyes. Su primer encargo limeño parece haber sido un lienzo, hoy día perdido, para el convento de los padres mercedarios. Una serie de lienzos de 1601 situada en el Convento de los Descalzos del Rímac constituyen las obras limeñas más célebres de Medoro, junto con su contribución en la Capilla de las Ánimas de la Catedral. En el Convento de San Francisco se conserva todavía otro cuadro del artista, un San Bonaventura posiblemente del mismo período.

Entre 1616 y 1618 los padres agustinos le comisionan un conjunto de obras, de las cuales sobreviven una Inmaculada concepción, una Crucifixión y un Cristo meditando.

En la Ciudad de los Reyes, Angelino establece una relación amistosa con Santa Rosa de Lima, de la cual pinta un célebre retrato post mortem.

Entre las últimas obras realizadas en el virreinato del Perú destacan un Milagro de la multiplicación de los panes  firmado y fechado 1622, en el Convento de los Descalzos de San José[6], y una Crucifixión (1618-21) que Stastny atribuyó a Medoro en 1967[7].

Durante su estancia limeña, dos aprendices cuzqueños formaron parte de su taller: el pintor indígena Pedro Loayza y Luis de Riaño.

A partir de 1622 el artista se encuentra nuevamente en Sevilla[8], donde toma como aprendiz a Juan de Mesa. Algunas obras tardías y la colección de sus dibujos han sido dispersos en España tras el fallecimiento de su esposa, Doña María de Mesta y Pareja[9].

Sin embargo, algunos Mesa y Gisbert han encontrado algunos dibujos atribuibles a Medoro en la colección del Conde de Alcubierre de Madrid[10].

El importante testamento de la viuda de Medoro permite establecer el año de la muerte del pintor entre 1631 y 1633, en Sevilla.

Giulia Degano
Sección Historia del Arte, Proyecto Estudios Indianos


Bibliografía esencial

Stastny, Francisco, Estudios de arte colonial, vol. I, Lima, Museo de Arte de Lima, 2013.

Recopilación de algunas publicaciones sobresalientes del ilustre estudioso de arte colonial, texto que se convirtió además en homenaje tras su fallecimiento en 2013.

Ensayos como El manierismo en la pintura colonial latinoamericana (1981) han marcado una etapa fundamental en la historiografía dedicada a este ámbito artístico. El juicio sobre Medoro que estos escritos reflejan resulta contrastante y muestra la evolución del marco teórico del historiador. En Se identifica nuevo Medoro (1967) el autor compara a Medoro con Bernardo Bitti, atribuyendo a los dos pintores una relevancia superior a aquella de Mateo Pérez de Alesio por su prolífica producción y por la vasta influencia de su obra. Catorce años después, en el ya citado El manierismo en la pintura colonial latinoamericana, Stastny describe Medoro como “más provinciano y de menor aliento” con respeto a Bitti y Pérez de Alesio: en este caso la comparación desfavorece a Medoro.

Ramos, Rafael, “Laboratorio de arte”, 18, Sevilla, p. 185-191.

El artículo de Ramos Sosa reporta el hallazgo de una Sagrada Familia de Medoro en una colección privada sevillana. La importancia de esta señalación reside en la datación del lienzo, fechado 1622, ya que adelantaría el regreso del pintor a España del 1624 a 1622. La contemporaneidad de esta obra con el Milagro de la multiplicación de los panes del Convento de los Descalzos del Rímac de Lima no contrasta necesariamente con la hipótesis del autor, aunque se harían necesarios un examen directo del lienzo y el análisis de la documentación contemporánea inherente el artista para comprobar esta interesante posibilidad.

[1] Arenado, Fuensanta, “Nuevos datos sobre el pintor Angelino Medoro”, Archivo Hispalense, 184, Sevilla. Cómo Pérez de Alesio, la firma del artista es acompañada por el adjetivo “romano”, que puede referirse tanto al origen cuanto a la formación romana de Medoro.

[2] En comparación con Bitti y Alesio, la bibliografía dedicada a Medoro es escasa y discontinua, constituida sobre todo por artículos que reportan el descubrimiento, en España como en Latinoamérica, de nuevo lienzos atribuibles al pintor.

[3] Una réplica de la obra se encuentra en la iglesia de San Ignacio, en la misma ciudad. Santiago ha identificado otro lienzo cuyo modelo parece haber sido la Virgen de la Antigua. Tratase de una Coronación de la Virgen procedente de la colección Montejo que ha sido donada al Museo de Arte Colonial de Bogotá”, que el estudioso atribuye a Medoro. Santiago, Sebastián, “Nueva pintura de Angelino Medoro en Bogotá, Notas artísticas, 1, Madrid, Museo de América.

[4] Tanto en la iconografía de derivación nórdica cuanto en el rostro del Cristo, que recuerda aquello del Cristo muerto (1522) de Holbein el Joven del Kunstmuseum de Basilea. Es además llamativa la estrecha semejanza del sujeto con aquello de un ilustre lienzo de Caravaggio: el Descendimiento de la cruz (1602-1603) de la Pinacoteca Vaticana. Este paralelismo refleja la fortuna de este esquema compositivo en la Europa postridentina, fruto de un intenso dialogo entre norte y sur del cual la Piedad de Miguel Ángel fue uno de los testimonios más ilustres.

[5] Como en el caso de Quito, estos lienzos no necesariamente implican la presencia del pintor en dichas localidades.

[6] Salazar, Teófilo, “Nueva obra de Angelino Medoro en Lima”, Arte y Arqueología, 1, La Paz.

[7] Stastny, Francisco, Estudios de arte colonial, vol. I, Lima, Museo de Arte de Lima, 2013.

[8] El descubrimiento, en 2005, de una Sagrada Familia de Medoro fechada 1622, ha permitido fijar el regreso del pintor a España en este año. Ramos, Rafael, “Una pintura inédita de Angelino Medoro en Sevilla”, Laboratorio de Arte, 18, Sevilla, p. 185-191.

[9] Su testamento es reportado por José Chichizola en su: El manierismo en Lima, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 1983, p. 128-129.

[10] Mesa,  José, Gisbert, Teresa, “Dos dibujos inéditos de Angelino Medoro en Madrid”, Arte y Arqueología, 1, La Paz.