La filosofía difundida en el Virreinato del Perú ha sido estudiada como un eco del pensamiento europeo en América[1]. No obstante, poco se ha escrito o dicho sobre la filosofía del Virreinato del Perú, es decir, aquella producida por y para sus circunstancias. Al respecto, el número de especialistas todavía es escaso y, consecuentemente, lo son los estudios al respecto. Este hecho nos coloca en una disyuntiva: o nos restringimos a conocer el asunto por medio del reducido número de libros que limitaría grandemente nuestra comprensión o asumimos el esfuerzo de seleccionar, traducir y estudiar las fuentes directas.  Si se opta por la segunda vía, el trabajo realmente es arduo dadas las adversidades académicas que persisten.

De estas, es imprescindible superar la resistencia del prejuicio con respecto al período virreinal como una época de inferioridad filosófica como si los filósofos americanos hubiesen sido simplemente cajas de resonancia del pensamiento europeo. Asimismo, tanto la escasa formación latinista como el poco interés por la tradición clásica y medieval impiden que un amplio número de lectores acceda a las fuentes.

Se suma a estos vacíos el complicado acceso a las bibliotecas y colecciones donde se encuentran las fuentes que en muchos casos están deteriorados por el paso del tiempo. Afortunadamente, contamos con estudios cuya información nos sirve como catálogos de las fuentes primarias; así, por ejemplo, el antaño libro de Enrique Torres Saldamando Los Antiguos jesuitas del Perú (Lima, 1882), o el libro Bibliography of the Philosophy in the Iberian Colonies of America (La Haya, 1972) de Walter Redmond o el estudio de Angela Helmer El latín en el Perú colonial: diglosia e historia de una lengua viva (Lima, 2013).

¿Por qué es importante estudiar la propuesta filosófica desarrollada en el virreinato del Perú? Porque es un elemento importante junto con la historia, las artes, las ciencias, y demás disciplinas, para la comprensión de la compleja e intrincada red conceptual de nuestro tejido cultural. Esta pregunta se une a la cuestión de si existe o no una filosofía peruana y buena parte de la respuesta se sostiene en la auténtica realidad de la producción filosófica virreinal. Si partimos del simple axioma lógico que «nada surge de la nada» (Ex nihilo nihil fit), constatamos la imposibilidad de una pura originalidad y solo la posibilidad de creaciones nuevas a partir de lo heredado. Ni la filosofía helénica, ni las teóricas medievales, ni la presencia de Descartes, Leibniz, Locke y Hume, ni la magnitud de Kant y Hegel pueden considerarse absolutamente originales; pues, se apoyan sobre un substrato que los antecede.

La novedad se sostiene en los problemas abordados y la metodología con la cual el filósofo se acerca a ellas para plantear el análisis y la síntesis de sus soluciones. En este sentido, los filósofos virreinales afrontaron un conjunto de problemas surgidos desde la realidad americana y sus reflexiones y soluciones son realmente originales por el alcance de sus métodos de análisis y con equidad merecen despojarse del sueño de los olvidados y ocupar en el podio de los justos. Si a la novedad le añadimos el elemento de la identidad, comprobamos el carácter especial de los filósofos virreinales, pues fueron conscientes de estar creando algo nuevo como parte fundamental de una identidad cultural que también es de los hispanoamericanos.

Alonso de la Vera Cruz, Phisica, speculatio (Mexico, 1557)

Esto se corrobora también en el caso de los filósofos del Virreinato de la Nueva España (México) cuyos máximos representantes fueron Alonso de la Vera Cruz (1509-1584), Antonio Rubio (1548-1615) y cuyas obras alcanzaron el cenit de la originalidad durante el siglo XVI que con justicia se lo afirma como el siglo filosófico mexicano sin olvidar el monumental trabajo de Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), otro pilar fundamental del pensamiento hispanoamericano. Contamos con traducciones y estudios no solo de estos pensadores, sino también de muchos filósofos mexicanos gracias al incansable trabajo de Mauricio Beuchot y Walter Redmond.

Considero que el proceso de concientización de nuestra herencia filosófica comprende tres momentos. El primero que abarca los siglos XVI, XVII y XVIII al cual denomino como el período primario y comprende la producción de las fuentes prístinas. El segundo va desde las décadas posteriores a la independencia del Perú hasta la primera mitad del siglo XX, momento en el cual el auge del positivismo obnubiló y sesgó la comprensión del pensamiento virreinal.

A esta etapa la he denominado período crítico, aunque se avizoran los trabajos de estudiosos interesados en la filosofía virreinal y cuyos textos recogen información bibliográfica fundamental para los estudios posteriores y con justicia considero a estos primeros como los recopiladores. Destacan Felipe Barreda y Laos, autor de la Vida intelectual del virreinato del Perú (Lima, 1909), y Manuel Mejía Valera, autor de las Fuentes para la historia de la filosofía en el Perú (Lima, 1948/1952). Finalmente, a partir de la segunda mitad del siglo XX el interés por el estudio de la filosofía virreinal peruana se incrementa y se inicia un proceso de revalorización. A este momento vigente lo he denominado como el período del resurgimiento. Los trabajos de María Luisa Rivara de Tuesta y de Walter Redmond son pioneros en dicha etapa, sumados a los esfuerzos del Proyecto Estudios Indianos.

Ildefonso Peñafiel, Theologia Scholastica, 1678

Finalmente, desde la perspectiva bibliográfica, el pensamiento virreinal cuenta con un conjunto de fuentes primarias elaboradas a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII que he denominado corpus peruvianum. Estos textos plantean y discuten una red de temas encabezada por la filosofía del lenguaje y por la lógica. Esto obedeció a un importante factor social e histórico: la nueva evangelización animada por el Tercer Concilio Limense de 1582. En los decretos de este Concilio, se exige la elaboración de gramáticas, diccionarios, catecismos, es decir, textos que promovieron la estandarización de una lengua común que permita el entendimiento de las mentes. La preocupación de fondo es lógico-lingüística y por ello no es casual que el desarrollo de la lógica en autores como Juan Espinoza Medrano, Jerónimo de Valera o Ildefonso de Peñafiel sea un elemento fundamental en la estructura de sus filosofías.

Logica via Scoti de Jerónimo de Valera (1610)

Sin duda alguna, el siglo XVII peruano debe ser caracterizado para la filosofía como el siglo de la lógica. A diferencia de la filosofía helénica que nace de una preocupación cosmológica y ontológica de la naturaleza o de la filosofía medieval que surge a partir de una serie de cuestiones teológicas, el pensamiento virreinal peruano surge de una cuestión lógico-lingüística a raíz de la experiencia que supuso la evangelización: la necesidad de contar con un lenguaje común capaz de traducir y hacer entender el mensaje a mentes cuyos patrones lógicos eran totalmente distintos a los evangelizadores; en efecto, la filosofía del virreinato peruano adquiere su fisonomía auténtica desde una dimensión lógico-lingüística.

A estos elementos, se suman las instituciones académicas asentadas en el virreinato peruano. Los studia o colegios religiosos y la Universidad de San Marcos (1551) obtuvieron prestigio rápidamente y no cabe duda de que las principales escuelas filosóficas como el tomismo, el escotismo (cuyo primer estudio ha sido publicado por el Proyecto Estudios Indianos en esta misma plataforma) y el nominalismo se instalaron en estas y florecieron como propuestas independientes y originales se percibe en la extensa red de citas que se realizan entre todos los filósofos de la época de modo que en gran medida se puede percibir una especie de jerga terminológica entre ellos.

Jean Christian Egoávil
Universidad del Pacífico / Proyecto Estudios Indianos


Bibliografía recomendada

BALLÓN VARGAS, José Carlos (Editor y Coordinador). (2011). La complicada historia del pensamiento filosófico peruano. Siglos XVII y XVIII. 2 tomos. Lima: UNMSM-UCS.

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BEUCHOT, Mauricio Filosofía y lenguaje en la Nueva España. México, IIFL, UNAM, 2011.

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ROBLES, Laureano (Ed.) (2013). Filosofía iberoamericana en la época del Encuentro. Madrid: Editorial Trotta.

[1] Recomendamos los siguientes textos: Rivara 2000; 2011. Beuchot 2010; 2011; 2017. Redmond 1972; 1985; 1996; 1998; 1999. Ballón 2011.