Fue fundado por el primer arzobispo de Lima, Fray Jerónimo de Loayza, el 7 de marzo de 1548. Este hospital fue el primero y uno de los más importantes en el virreinato del Perú. En el siglo XIX, fue reemplazado por el Hospital Arzobispo Loayza.
El Hospital de los Naturales de Santa Ana, también conocido como Nuestra Señora de Santa Ana, no recibió su nombre al azar. A santa Ana y san Joaquín, patriarcas de la Iglesia y abuelos de Jesucristo se les caracterizó por su gran preocupación hacia los pobres. Por ello, fueron nombres idóneos para este hospital, en especial uno destinado a los naturales, quienes eran considerados por la sociedad como «pobres indios». El hospital prestó servicios de salud a mujeres y hombres indígenas, y contaba con una escuela y un centro de adoctrinamiento. Se creó el hospital debido a las grandes necesidades que afligían a los aborígenes del valle de Lima y las enfermedades importadas que causaron gran mortandad, como la viruela y las pestes. Además, la condición climática de la costa afectaba al poblador andino.
El arzobispo Loayza tuvo como misión la creación de un hospital para acoger a los naturales que enfermaban, ya que los indígenas eran los más necesitados de amparo. Aplicó con justicia su autoridad, velando por la salud y educación de «sus queridos naturales». El hospital se ubicó en la zona este de la ciudad, que por entonces era una confluencia de caminos hacia las poblaciones del sur. El inicio de su funcionamiento, las primeras atenciones y el cuidado de la salud de los indígenas comenzaron el 7 de marzo de 1548, a cargo del mayordomo Diego Díaz Becerril. Asimismo, se edificaron dos salas, una para hombres y otra para mujeres, así como cinco aposentos grandes: uno para la recepción de los enfermos, otro para depósitos de ropa y bienes personales, otro para el aislamiento de enfermos contagiosos, uno para los enfermos desahuciados y otros espacios como cocinas y lavanderías. Además, se contrataron servicios de médicos, cirujanos y barberos, y se empleó personal para labrar los cultivos del hospital.
En 1550, la ciudad contaba con dos grandes hospitales: el de santa Ana de los naturales, gestionado por el arzobispo Loayza, y el hospital de la ciudad, destinado a los españoles y a cargo del Cabildo. Al término de ese año, se unificó la gestión y administración de ambos hospitales bajo una sola dirección. Esta unión duró de 1551 a 1554. Sin embargo, debido a diferencias entre los patronos respecto a la aplicación de las rentas, ambos volvieron a tener administraciones independientes.
En 1551 se creó la primera botica, que proporcionaba medicamentos necesarios para los pacientes. Siguiendo las orientaciones de la medicina occidental y las experiencias de los hospitales de España, esta botica representó un aporte significativo al Nuevo Mundo. Asimismo, llegaron varios libros de medicina de Europa. Para garantizar la calidad de los servicios del hospital, la institución estaba a cargo de visitadores, quienes administraban y vigilaban el cumplimiento de las normas.
Las principales labores del Hospital santa Ana fueron atender a todos los indígenas sin restricción alguna, brindar asistencia sin límite de tiempo y ofrecer servicios gratuitos. El hospital se distinguió por su higiene, administración y asistencia religiosa. Fray Jerónimo es recordado como el «Pacificador de los Españoles» y «Protector de los Naturales», siendo artífice de la curación, educación y evangelización de los indígenas. Falleció el 26 de octubre de 1575, y dejó como legado el Hospital santa Ana de los Naturales.
La ciudad de Lima sufrió varios terremotos que afectaron el hospital, los más catastróficos fueron los de 1687 y 1746. El 20 de octubre de 1687, la parroquia del hospital fue gravemente dañada, por lo cual se demolió. Los pilares estaban destrozados por el terremoto, pero el hospital fue reconstruido con la colaboración de benefactores y del gobierno. Por otra parte, el terremoto del 28 de octubre de 1746 también perjudicó su infraestructura. Este fue recuperado gracias a medidas urgentes y a rentas especiales.
En 1732, los Betlemitas asumieron la gestión del hospital. Esta congregación, presente en el virreinato desde 1670, contribuyó con obras de asistencia en diversos servicios y establecimientos. Sin embargo, los indígenas reclamaron atención por las condiciones del hospital y criticaron a la hermandad. A pesar de ello, se reconocieron los esfuerzos de los Betlemitas, y por voto consultivo, se les otorgó la administración del Hospital de Santa Ana debido a su buena economía y gestión.
Hipólito Unanue propuso al virrey Abascal la creación de un colegio. En principio, se planteó instalar el colegio de medicina en el Hospital Santa Ana, pero finalmente se ubicó en el área cercana a los hospitales Santa Ana, San Andrés y San Bartolomé. El 18 de julio de 1811 comenzaron los trabajos de construcción. Durante el siglo XIX, se produjeron cambios significativos, como la llegada de la expedición libertadora de San Martín y la independencia en 1821. Ese mismo año, los grandes hospitales de Lima fueron destinados a atender soldados y heridos, y se convirtieron en hospitales militares.
En 1840, el estado designó el Hospital Santa Ana como Hospital General de las Mujeres, ya que este establecimiento se encontraba cerrado. El 3 de abril de 1856, se autorizó a la Sociedad de Beneficencia de Lima a entregar su administración a las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Estas religiosas llegaron al Perú en 1858 y asumieron la dirección del hospital. Durante su gestión, se implementaron servicios de maternidad, pediatría y cirugía, entre otros.
En 1860, epidemias como la fiebre amarilla y el tifus incrementaron el número de pacientes en los hospitales. Estas enfermedades alcanzaron su pico entre 1867 y 1885. La economía peruana, afectada por la guerra del Pacífico, llevó a que muchos hospitales ofrecieran servicios sin remuneración debido a la crisis. En 1903, se planteó la necesidad de reemplazar el histórico Hospital Santa Ana debido a su incapacidad para responder a las necesidades de la población y a los avances de la ciencia. Finalmente, el presidente Benavides ordenó la construcción del Hospital Arzobispo Loayza, inaugurado el 11 de diciembre de 1924, con la misión de proteger la vida y salud de la población.
Nayeli Lesly Huertas Pilco
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Bibliografía
Rabí Chara, M. (1999). Del Hospital de Santa Ana (1549 a 1924) al Hospital Nacional Arzobispo Loayza (1925 a 1999): 450 años de protección de la salud de las personas. En Del Hospital de Santa Ana (1549 a 1924) al Hospital Nacional Arzobispo Loayza (1925 a 1999): 450 años de protección de la salud de las personas (pp. 225-225).
Salcedo, L. (1999). Intereses en conflicto y consenso necesario: La toma de posesión real del Hospital de Indios Santa Ana de Lima 1564. Revista Diálogos, (1), 9-23.