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¡Dale!, entre la fe, la cultura y la comunidad: el papa es peruano y corre con nosotros
29 June, 2025
Este 29 de junio, en una fecha tan significativa como la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, más de cinco mil personas participan en la Carrera IPD 5k “El Papa es peruano”, organizada por el Instituto Peruano del Deporte. En un recorrido por las inmediaciones del Estadio Nacional, donde familias, jóvenes, adultos y personas con discapacidad se unen en un evento que expresa el orgullo nacional y la cercanía con el papa León XIV. Más allá del título llamativo, es importante reflexionar sobre lo que significa este evento que celebra el cuerpo en movimiento, el uso del espacio público por parte de la comunidad e incluso el uso de tecnologías.
Los seres humanos buscamos símbolos que expresen pertenencia, identidad y sentido. Así, la figura del “papa peruano” actúa como un espejo colectivo donde proyectamos un orgullo que trasciende lo religioso y se convierte en un símbolo cultural. Esto se entrelaza con el renovado impulso por participar en eventos deportivos. Según el Dicasterio para los Laicos, la familia y la vida –conocido hoy como Dicasterio para la Cultura y la Educación–, el deporte es una actividad lúdica y corporal que se rige por reglas y promueve el esfuerzo, los valores humanos y sociales.
De esta manera, podemos decir que el deporte se presenta como una expresión de nuestra naturaleza y que nos permite crecer en nuestra condición física y moral. Cabe resaltar que el deporte también ha servido para regular la violencia, generar rituales sociales y construir una ciudadanía saludable. Si bien la COVID–19 interrumpió las dinámicas colectivas, hoy el deporte se vuelve un espacio de celebración y encuentro social.
Por un lado, la tecnología, en el deporte, ha acortado las distancias entre las élites y los aficionados: desde adminículos para medir tiempos y pulsaciones hasta aplicaciones que se actualizan desde el teléfono. Esto ha permitido que los participantes tengan acceso a cierta orientación científica y médica sin necesidad de depender de infraestructura profesional. Esta situación debería ser explorada con mayor cuidado, pues podría promover la automedicación sin control, generaría riesgos en la salud y aumentaría las desigualdades competitivas y sociales. Además, se reduciría al ser humano a un objeto de rendimiento y se desconectaría de lo que realmente buscan los eventos deportivos: el bienestar ético, físico y mental de las personas.
Por otro lado, hace unos días, en su homilía por el Jubileo del Deporte (15 de junio de 2025), el católico pontífice expuso que toda buena actividad humana refleja la belleza de Dios y es camino de encuentro. Además, comentó que la expresión “¡Dale!” –común en competencias– no solo implica animar a otro, sino que lo impulsa a dar lo mejor de sí mismo sin importar el contexto; muestra el deseo de que el prójimo no se rinda y de acompañarlo en este esfuerzo. Esto es algo importante frente al individualismo, la virtualidad y el miedo al fracaso que está tan presente en el contexto social actual.
La Iglesia Católica sostiene que el deporte es un argumento pedagógico orientado al bien común y que no es un mero ejercicio. Además, da valores que trascienden el espacio deportivo y forman ciudadanos comprometidos con el bien común. Esta visión es compartida por el Estado peruano –a través del Instituto Peruano del Deporte (IPD)– que promueve el deporte nacional y enfatiza su papel como promotor de cohesión comunitaria y, después de la COVID–19, de la salud.
Esta Carrera IPD 5k “El Papa es peruano” trasciende el plano deportivo y va más allá del entusiasmo cultural que nos trae la elección del papa León XIV: el título revela una experiencia de identidad colectiva y un vínculo afectivo con el papa. Esta carrera nos habla de interacciones culturales donde el deporte, la comunidad e incluso la tecnología convergen en la búsqueda de algo más que salud física. Es importante mencionar que considero que este tipo de eventos son un símbolo de anhelo colectivo por recuperar la salud física y emocional luego de los años de pandemia que nos obligó a detenernos. Hoy el deporte y las circunstancias nos invitan a retomar el paso, con ritmo y esperanza.
Enrique N. Urteaga Araujo
Investigador de Estudios Indianos
*Imágenes tomadas de los sitios web Vatican News y del Instituto Peruano del Deporte.