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La encomienda fue un sistema de explotación y concesión establecido por la Corona durante la época virreinal. Este sistema funcionaba como una institución clave en la organización social y económica que aseguraba el control de los encomenderos sobre las poblaciones indígenas, tanto en el ámbito económico como social.

En sus inicios, estaba prohibido por ley que cualquier ministro poseyera encomiendas, así como también las instituciones no podían beneficiarse de estas concesiones. Entre las razones de esta prohibición estaban los desórdenes que surgían entre los indígenas asignados a funcionarios, ocasionados por los propios beneficiarios. Sin embargo, a pesar de las prohibiciones legales, hubo numerosas excepciones a esta norma. Fueron muchos los oidores, oficiales y corregidores que poseyeron encomiendas; incluso se cree que algunos virreyes intentaron obtener los tributos que los indígenas del Perú debían entregar.

Además, los parientes cercanos de quienes formaban parte de la administración virreinal tampoco podían disfrutar de encomiendas, aunque esta norma también fue quebrantada en diversas ocasiones. Por ejemplo, en 1628, la condesa de Chinchón recibió una subvención de ingresos de 1.000 ducados provenientes de los indígenas. Durante el mandato de su esposo como gobernador (1629-1639), el disfrute de esta gracia se extendió por dos generaciones más. Sin embargo, en 1655 aún no se habían determinado las rentas específicas vinculadas a esta concesión.

El Marqués de Mancera, virrey del Perú entre 1639 y 1648, también se benefició de este tipo de concesión real. En 1662, el Marqués logró obtener una importante suma de dinero con la encomienda de Sacasa, ubicada en la jurisdicción de La Plata.

Estos casos evidencian claras violaciones a las reglas que prohibían a los funcionarios reales disfrutar de encomiendas. Sin embargo, tales excepciones fueron permitidas en algunos casos y, en otros, ocurrieron por iniciativa de las propias autoridades locales.

En el virreinato del Perú, cinco figuras principales otorgaron encomiendas: Francisco Pizarro, Vaca de Castro, Pedro de la Gasca, el Virrey Marqués de Cañete y la Audiencia Real. Francisco Pizarro realizó dos repartos: uno en 1536, en el que estipuló que las encomiendas no sólo durarían durante la vida del beneficiario, sino que también podrían ser heredadas por un sucesor, y otro en 1540. Vaca de Castro, en 1542, realizó nuevas concesiones y redujo algunas encomiendas anteriores que consideraba excesivas. Pedro de la Gasca llevó a cabo dos repartos: uno en 1548 y otro en 1550. El Virrey Marqués de Cañete, por su parte, concedió encomiendas a aquellos que habían brindado servicios a la Corona y que no habían recibido previamente ningún repartimiento de indígenas.

En los casos en que el encomendero no era quien inicialmente se beneficiaba del repartimiento, el acceso a la encomienda podía ocurrir por sucesión de padre a hijo o por matrimonio con una mujer que fuera hija o viuda del primer encomendero. Por lo tanto, se entiende que la encomienda no se heredaba necesariamente por una sucesión familiar directa.

Los encomenderos ejercieron un control casi absoluto sobre las comunidades indígenas bajo su encomienda y actuaron como intermediarios entre las autoridades virreinales y las poblaciones locales. Aunque, en teoría, tenían la responsabilidad de proteger y evangelizar a los pueblos indígenas, en la práctica, muchos encomenderos abusaron de su autoridad, explotaron a los indígenas y perpetuaron ciclos de desigualdad y opresión.

En 1559, en Valladolid, se promulgó una cédula dirigida a las audiencias indianas, en la que el monarca explicaba los problemas que sufrían los indígenas encomendados a algunos escribanos de los tribunales. Por lo tanto, mediante una disposición, se ordenó que los escribanos de las audiencias no poseyeran más encomiendas.

Fray Bartolomé de las Casas, un fraile dominico español del siglo XVI, fue conocido por su defensa apasionada de los derechos de los indígenas frente a los abusos de los colonizadores. En sus obras, especialmente en Brevísima relación de la destrucción de las Indias e Historia de las Indias, de las Casas denunció las injusticias cometidas contra los nativos americanos bajo el sistema de la encomienda.

Cristhian José Quinto Cervantes
Universidad Nacional Mayor de San Marcos


Bibliografía

Escudero Villanueva, A. L. (2019). El ocaso de los conquistadores: los límites de la riqueza y la lealtad durante la rebelión de los encomenderos en el virreinato del Perú, 1544- 1548. Revista Del Instituto Riva-Agüero5(1), 111-151.  https://doi.org/10.18800/revistaira.202001.003

Hernández Astete, F. (1993). Puente Brunke, José de la Encomienda y encomenderos en el Perú. V Centenario del descubrimiento de América. Sevilla, 1992, 536 p. Histórica17(2), 326-329. https://doi.org/10.18800/historica.199302.012

Hampe Martínez, T. (1979) Relación de los encomenderos y repartimientos del Perú en 1561. Historia y cultura, 12(01), 75-82. https://revistas.cultura.gob.pe/index.php/historiaycultura/article/view/286