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Este tratado de Martínez constituye una valiosa fuente de información del debate filosófico del siglo XVIII en España. El autor elabora este estudio en el estilo usado también por Cárdenas a modo de diálogos; quizás sirviendo como otra fuente inspiradora para este último. Aunque en el caso de Martínez, estos resultan ser cuatro y encarnar posturas contrapuestas del pensamiento filosófico alrededor de la naturaleza y la interpretación humana de ella; a saber, el aristotélico, el gasendista, el cartesiano y el escéptico. El autor, se identifica con el pensamiento escéptico, lo cual no deja de abrigar un interesante trasfondo al por qué fueron sus textos tan populares en la divulgación y enseñanza de las ciencias hispanas.

Como lo mencionamos en el apartado anterior, guarda una mejor coherencia con el espíritu e intenciones de Cárdenas que este haya sido el texto al que haya querido referirse en su enumeración. Un autor identificado a sí mismo como escéptico, que cuestiona la sabiduría que no se correlaciona con la experiencia, habría dado a Cárdenas más argumentos y seguridad para reafirmarse en su cuestionamiento al orden establecido, en particular, a la negativa hacia la consideración de su tesis. Sin embargo, las interrogantes y cuestionamientos de Cárdenas se extienden hacia otros temas a lo largo de su manuscrito, lo cual permitiría rastrear, más allá de un elemento puntual, la influencia de esta obra. Asimismo, el libro de Martínez introduce el debate filosófico acerca de la validez del pensamiento aristotélico, enmarcándolo en la filosofía escolástica, lo cual guarda relación con la cita que Cárdenas hace después, al hablar de esta última.