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Universidad del Pacífico

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Declaración magistral sobre las emblemas de Andrés Alciato…, traducida por Diego López

Autores: Andrea Alciato, Diego López

La presente edición de 1615, a cargo de Diego López, incluye valiosos elementos para la difusión de la obra de Alciato en el Orbe Hispánico. Los emblemas (en la época era usual el género femenino para este vocablo) de Alciato gracias a esta edición (luego reimpresa a fines del siglo) circularon con la versión castellana de los comentarios del Brocense (Francisco Sánchez de las Brozas) y de de Claude Mignault (difundidos en latín en 1573). Los grabados, según refieren los encargados de la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense, fueron elaborados a partir  de las ediciones lionesas de Bonhomme y Roville. Para consultar la reimpresión valenciana pulse aquí.

Biblioteca Santiago de Cárdenas

El libro de emblemas de Alciato es una referencia tan curiosa como oscura dentro del repertorio bibliográfico de Santiago de Cárdenas. Este libro constituye el punto de partida de un estilo literario europeo que duró poco menos de tres siglos y se caracterizó por sintetizar en una intrincada imagen, acompañada de una breve frase, algún conocimiento de carácter moral o espiritual que el autor buscaba transmitir a un observador que debía descubrirlo integrando ambos elementos.

La solapada referencia que hace Cárdenas al libro de Alciato aparece en la ilustración que —aparentemente— encabezó su tratado. En ella reproduce parcialmente el emblema 121, citando textualmente esta parte: “Ingenio poteram superas volitare per arces, Me nisi paupertas invida deprimeret.”, que significa textualmente: “Con mi intelecto yo podría estar volando entre los más altos picos, si la envidiosa pobreza no me jalase hacia abajo” (traducción propia). Esta acuciosa referencia no deja de tener un brillante doble sentido, dado el contenido de su trabajo y la recepción que tuvo este. El vuelo aquí significa tanto el proceso físico de navegar por el aire, como la alegoría de su intelecto. Este último se eleva no solo por encima de la pobreza material, sino de la incapacidad intelectual de aquellos contemporáneos suyos que no fueron capaces de entenderlo.